había en el pecho sensación de existir
crecía en la mente la razón de vivir,
razón y táctica, practica y hechos
mostraban lo posible de aquello imposible.
y fluctuaban los dos, se enderezaba solo uno
les tomaron las manos y se las juntaron,
fueron cómodamente felices
aquella tarde de los días de sus vidas.
rompiéndose el reloj de arena
se perdió por cada grano un sentimiento,
para uno era muy triste darse cuenta
de que su opuesto ya lo supiera.
y hoy quedan por pasar días sin ellos juntos
ayeres casi perfectos, mas le temen al futuro
que futuro si hubieran estado juntos.
hoy esta vacía la sala del sentir
ya no se escucha en sus paredes el suave latir,
en un momento su marcha se freno
la pasión dejo todo abandonado
a veces piensa que ese beso consumió todo.
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