lunes, 6 de diciembre de 2010

Un tiempo pasado

Y en la corniza de un gran precipicio que daba al mar rojo se sento ella, con un lindo corazon en sus manos. Lo miraba, lo daba vueltas y siempre seguia igual. Metia sus dedos en sus grandes venas y veia como el corazon parecia estar a punto de estallar, como la carne enrojecia y justo en el momento indicado sacaba sus dedos y lo dejaba seguir latiendo.

Y este juego le gustaba, lo hacia una y otra vez, en sus manos ya no se distinguia el color de su morena piel, la sangre la empapaba toda, sus manos eran parte de ese corazon.
Se acercaba alguien, se le sento al lado y le pregunto:
-¿cuantas veces has estado jugando con eso?.
ella lo miro, sonrio con desgano y le contesto:
-Las que su dueño me ha dado el permiso.
Paso un largo rato de silencio, otra vez sacaba sus dedos antes de la explosion.
La silueta le volvio a preguntar una cosa mas:
-¿nunca probaste jugar de otra forma?.
La mujer detuvo sus ojos en la figura que a su lado se sentaba y tomando aire del corazon que sostenia le dijo:
-¿que me recomiendas tu? ya he jugado a patearlo, a estirarlo, a comprimirlo, a pegarle.
La silueta se estremecio un poco, dejo oir su voz de nuevo:
-¿pero que es lo que buscas con tanta violencia hacia ese pedazo de carne que sostienes?.
Se detuvo la mano antes de poner un dedo en las venas el corazon, penso y penso y respondio al fin:
-ahora que lo dices, no se que buscaba, no buscaba algo tampoco, solo se que me lo dieron y que con el podia hacer lo que me apeteciera. Pero mira, nunca se rompe entonces me dije que podia hacerle de todo, total nunca recibiria reclamos.
La figura abrazo de repente a la mujer y al oido le dijo algo. La mujer se sonrio, se ilumino y mirando el precipicio le dijo:
-¿estas seguro que asi se rompera, tirandolo ahi?.
-mas que seguro de eso estoy.
La muchacha reflexiono un poco y levantando la mirada comento:
-no, mejor no. Si no se rompe quedara ahi abajo, perdido, solo, que se quede conmigo mejor.
La silueta se sento aun mas, pero esta vez solto a la muchacha.
-¿pero no piensas que al menos, en esa soledad, seria libre?.
Pasaron minutos, el agua abajo del precipicio ahora chocaba mas fuerte.
-puede ser que si, pero yo decido, tu no.
Pasaba el tiempo y la mujer se canso de ese pedazo de corazon que aun latia fuera del cuerpo.
-Escuchame - le dijo a la silueta que se quedaba a su lado- recomiendame una forma de jugar, te lo pido porfavor, estoy sola aqui con esto y ya nose que hacer.

La silueta se acerco de nuevo, la abrazo y al oido algo le recomendo.
Al instante la mujer empezo a cambiar la aceleracion de sus manos, su brutalidad.
Sus manos ahora se deslizaban tiernamente por la textura del corazon, le llego a dar besos, lo acurruco contra su pecho.
Mirando a la silueta la mujer le dijo:
-Se siente mejor, me siento mejor, ahora si creo no aburrirme mas, siento que le gusta esta forma de jugar, creo que a mi tambien me gusta.
La silueta se paro como para irse pero antes de que esto pasara la mujer lo miro y le pregunto algo mas:
-Dime tu, ¿ como sabes de jugar con corazones?, ¿como lograste que me gustara jugar asi?.
La silueta se fue poco a poco esclareciendo, tomo figura humana pero con un solo manchon aun en su ser. La mujer ante esto miro para abajo.
Ahora ese ser le comento:
-Simplemente te recomende que no lastimaras mas a ese corazon, simplemente te pedi que no hicieras lo que con el mio hiciste. Desde que alli abajo, en la soledad de las rocas, arrojaste al mio he pasado a ser una sombra para ti, un pasado pisado. Pero el pasado enseña, el pasado siempre esta presente dentro de uno.
Ahora aprende que jugar con un corazon es tan peligroso como sentarse a orillas de un precipicio, aprende que es mejor jugar al juego de las caricias que al juego del dolor. Creo haber aparecido aqui, a tu lado, por el simple hecho de que esto te resulta familiar, pero esta vez pensaste, si estaba bien o estaba mal, pensaste en tirar ese corazon y dejarlo libre en el mar, pensaste que lo querias retener por algo, pensaste en como seguir.

La mujer pidio perdon, y fue perdonada.
Ahora solo veo a esa silueta flotando en el mar, esperando que alguien clave un ansuelo en el agujero que lleva su pecho.

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